domingo, 18 de febrero de 2018

Perspectiva de un paciente - Pamela (parte 2)

Cuando me vine a vivir a Asturias, España, con mi hermano mayor, en Diciembre de 2004, todo cambio, y no para mejor en lo que respectaba a mi diabetes.

El primer cambio fue dejar de usar  frascos de insulina porcina (Nph  cada 12 hora  y Corriente para comidas o corregir) y jeringa. Pasé a usar los bolígrafos  de insulina humana (Lantus de acción prolongada, cada 24 horas y Novorapid  de acción rápida para comidas y corregir )




 Trabajaba mucho, salía, no comía a horario, no me media las veces que tenía que hacerlo, y poco a poco la fui descuidando. Todo eso llevó a que me ingresen en Mayo de 2007.
Ya no estaba a cargo de esas dos personas que siempre cuidaron de mí, (por supuesto hablo de mi madre y mi padre). Ellos quedaron en Argentina con mis hermanos pequeños.

 Recuerdo que era sábado y volví del trabajo porque no me encontraba bien. Cual sería mi cara que una señora muy amable me pregunto en la parada del bus si necesitaba ayuda. Le dije que no, gracias.   Llegue a mi casa, me acosté en la cama y recuerdo ver a mi padre, que ya estaba en España viviendo con nosotros, hablándome.

Cuando me desperté, estaba en el hospital. Lo primero que vi al abrir los ojos fue a mi cuñada, mirándome con tristeza y enseguida me di cuenta que algo pasaba. Vinieron los médicos y yo ya me sentía genial,  pero lo que más me llamo la atención fue que me preguntaran si sabía que día era, y la verdad no supe que contestar. Me dijeron que era lunes, si lunes. Ya habían pasado dos días desde el sábado.

Me dijeron que me había dado un coma diabético, que me salve de milagro.
Después de una semana me dieron el alta.

A los pocos meses ya tenía a toda mi familia viviendo conmigo y estaba empezando una relación con  una persona muy especial, que hoy en día es mi marido.
 Ahí me di cuenta que no estaba haciendo bien las cosas, que algo tenía que cambiar. Todos tuvieron algo que ver en esa decisión, ya que no podía volver a hacerlos pasar por algo similar, ni tampoco quería dar ese ejemplo a mi hermana pequeña (también diabética tipo 1) y que mi novio me viera como alguien que no se cuidaba y que pasaba de todo.

En 2009 me diagnosticaron una retinopatía diabética, tratamiento con láser incluido, todo por los descuidos que tuve en su día.

Por suerte llevo ya 11 años sin que me ingresen, con la retinopatía controlada, y una HbA1c de 6,4.

Desde hace un año, soy portadora de infusión subcutánea continua de insulina (ISCI)  o como todos la conocemos, bomba de insulina y utilizo el sensor FreeStyle Libre.


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